
A los escandalizados
Ya, ya sé que curar la amargura a hostias, aunque sean dulces,
es un método peculiar. Pero después de miles de libros de autoayuda,
millones de coaches, gurús, koalas en altares y tazas empalagosas, sin
que terminen de conseguirlo, hay que arremangarse y echar un cable a
esta noble causa.
Eso sí, a mi manera, a hostias, a dulces hostias de espejo y humor. Ha
llegado el momento de dejar de fingirse lindas y abrazantes mariposas
y aceptarse moscas cojoneras. De mirarnos al espejo sin disimulo, sin
postureo ni vergüenza, ni más pretensiones que conocernos y reírnos
de nuestras miserias.
Y si eso tampoco nos cura, que nos mire un Avinagrado, nos machaque
un Reprochero y nos consuma un Devorafavores.
Bzzz
A las moscas
A las moscas Mosca que zumbas por el mundo, no te escondas ni sonrojes. Ni
te hagas la mosquita muerta. Sé que jodes lo tuyo. ¿Quién
no? Sé que naciste mosca, y que mosca morirás. Pero un poquito
menos cabronceta… sí podías ser, ¿no? ¡Venga, zumba con nosotros!
Bzzzz